Reforestar el mundo
Cómo la tenaz persistencia de un agricultor y su decidida fe en Dios han conseguido devolver la selva a más de 6 millones de hectáreas en África Occidental y cuenta […]
Cómo la tenaz persistencia de un agricultor y su decidida fe en Dios han conseguido devolver la selva a más de 6 millones de hectáreas en África Occidental y cuenta […]
¿Cómo sería vivir en estrecha relación con la tierra? Ronia y yo estamos en la estación de lavado de verduras de una granja en Austria. A nuestro lado se apilan […]
Cuando impartía clases de historia moderna en la Universidad, en la década de 1980, la “Revolución verde” de la India se consideraba un ejemplo de progreso: de cómo la tecnología puede salvarnos y alimentarnos a todos. En la actualidad las cosas tienen un aspecto muy distinto. Tuvo unos costes enormes: sociales, económicos y medioambientales. ¿Podemos alimentar al mundo sin destruir comunidades, cultivos y la propia creación? ¿Dice algo la Biblia sobre el suelo, la agricultura y el uso de la tierra? ¡Resulta que dice mucho!
Recientemente pasé la noche en una casa rural y decidí dar un paseo a primera hora de la mañana siguiente. El frío era muy intenso. Los campos estaban casi vacíos; sin embargo, los setos y los márgenes de los campos eran un hervidero de vida. Pero la riqueza de la vida en los márgenes me dio que pensar.
«¿Qué, cómo va la comuna?» pregunta el hombre. Le respondo, «Va estupendamente, pero no es ninguna comuna. Es una comunidad». Él se echa a reír. «A mí no me engañáis. Un montón de gente, huertos orgánicos, espacios comunes, sauna… Sois una comuna». «¡No somos ninguna comuna!», deseo protestar. Y entonces me pregunto ¿Por qué me pongo a la defensiva?
Anhelo un sistema alimenticio honesto y transformado, en el cual habrá un fin a la economía caracterizada por “achicar la medida, aumentar el precio y falsear las balanzas”… sin embargo, el mantra del supermercado de “crece o sale fuera” ciertamente parece estar ganando la guerra en este momento, y nuestra misión aquí parece ser “imposible”. Pero, ¿lo es?