La curación y la Tierra
Mientras miraba las actualizaciones de Facebook de mis amigos de la zona, solté un profundo suspiro de frustración y lamento. ¿Otra vez? ¿Cómo es posible que una lluvia milenaria se produzca cada dos años? Algo estaba mal.
Mientras miraba las actualizaciones de Facebook de mis amigos de la zona, solté un profundo suspiro de frustración y lamento. ¿Otra vez? ¿Cómo es posible que una lluvia milenaria se produzca cada dos años? Algo estaba mal.
¿No debería ser la disminución de la pobreza la mayor prioridad mundial? ¿No se va a acabar el mundo de todos modos? ¿Están los activistas climáticos tratando de jugar a ser Dios? Todas estas preguntas son planteadas por individuos bien intencionados, que pueden no ver el cambio climático como algo de alto riesgo.
Cuando se publicó nuestro libro Low Carbon and Loving It me hicieron una pregunta complicada: «Todos los días hay vuelos de Sydney a Johannesburgo. Tanto si yo compro un pasaje y subo a ese avión como si no lo hago, el vuelo se realizará. Entonces, ¿qué importancia tiene que yo vuele o no?»
Me despertó un destello intenso y un estallido ensordecedor, a pesar de los tapones de los oídos y el antifaz. ¿Era una bomba? No, era el tifón Mangkhut (denominado Ompong en la región), la mayor tormenta registrada en todo el mundo desde que comenzó este año.
La devastación de comunidades y hábitats no fue lo único que dejó el huracán Irma a su paso; se inició un intenso debate público sobre la conveniencia o no de hablar del cambio climático en esos momentos.
Fue extraordinario estar en París durante las negociaciones de la COP. Y ahora que el polvo se ha asentado, las carpas han sido desmontadas y el circo se ha marchado de la ciudad, ¿qué vamos a hacer con el acuerdo de la COP21? Y ¿hacia dónde vamos a partir de aquí?
Este versículo ha influido en algunos de los puntos decisivos más cruciales de mi vida hasta el momento. Mi imaginación es francamente desenfrenada, y paso mucho tiempo pensando cómo es el reino de Dios que vendrá a la tierra. Pero mi imaginación de ninguna manera podrá alcanzar las profundidades de lo que hace Dios; la belleza de su plan de salvación, los propósitos y planes impresionantes que tiene para su amado planeta. Mueve a los corazones para que entren en acción en todo el mundo, remueve la esperanza. Hay gente que se levanta, que Le reconoce y depende de Su poder. Espero contarme entre ellos.
El cambio climático parece polarizar a los cristianos. ¿Por qué? ¿Por qué algunos creen que se trata de un plan satánico, mientras otros lo ven como un tema moral de crucial importancia? ¿Por qué tantos más simplemente lo ignoran por considerar que no tiene nada que ver con su fe ni con su vida cotidiana? En definitiva, se trata de una cuestión teológica.