¿Jugar a ser Dios? Decidir qué especies deben vivir y morir
Nuestra propia preocupación por la utilidad de la creación para nuestro propio beneficio es sintomática de nuestro egoísmo. Olvidamos que el mundo no fue creado para la humanidad, sino para Dios. Desde el principio de la creación hay un contexto relacional de interdependencia.