¿Misión Imposible?
Celebramos el año nuevo con aproximadamente 300 estudiantes de 40 países diferentes, en Misión-Net en Alemania. Entramos en el 2014 danzando y adorando a Dios con Andy Flannagan y su banda, ellos cantaron canciones que proclaman las buenas nuevas para toda la creación. Fue un tiempo muy preciado, lleno de conversaciones emocionantes con personas apasionadas; muchas de ellas estuvieron sorprendidas y emocionadas de que una organización cristiana de conservación, como lo es A Rocha, exista.
Hubo también algunos momentos de profunda oración, y uno en particular muy especial cuando oramos por la selva Amazónica con un estudiante de abogacía brasilero, que está ansioso por involucrarse activamente en proteger aquel precioso punto álgido de biodiversidad. Sin embargo, como Dave Bookless abrió uno de nuestros seminarios con un breve pero impactante panorama del estado del planeta, yo estuve un poco abrumado por el hecho de que A Rocha fuera la única organización enfocada en el cuidado de la creación entre las cientos de organizaciones benéficas centradas exclusivamente en las personas en Mission-Net.
Todo aquel que ha estado involucrado con A Rocha, aun por poco tiempo, probablemente se ha acostumbrado a ser una voz solitaria en estos eventos (y en el resto del mundo también), y me encontré a mi mismo preguntándome reiteradamente, “¿Por qué no hay más cristianos activos en el cuidado de la creación/en misión ecológica aún?”. Después de todo, de acuerdo con Romanos 8:19, “La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios”.
Dada la crisis ecológica sin precedentes que enfrentamos ahora, y cómo pocos cristianos parecen estar participando activamente en el cuidado de la creación, se me vino a la mente el siguiente pensamiento: ¡Esto es algo así como una Misión Imposible! Parecía ser una descripción bastante acertada del estado actual de las cosas.
De regreso a Inglaterra, donde estoy trabajando en una pequeña granja orgánica en Somerset, tratando de construir un mercado para nuestra producción (de primera categoría), a veces encuentro difícil evitar pensar de manera similar. En este contexto, a menudo parece que la misión de la granja, de crear medios de vida sostenibles a través de los pequeños negocios de agricultura orgánica en pequeña escala, es totalmente imposible frente al dominio del supermercado. De hecho, aunque Tesco (una red de supermercados de Gran Bretaña) está revolcándose en la autocompasión después de una caída en las ventas de Navidad, aun así todavía busca hacer más de 3 mil millones de libras esterlinas en ganancias en el 2013. De hecho, ellos se llevan alrededor del 30% del gasto de comestibles de la nación, y por supuesto, quieren expandirse! La agricultura de pequeña escala e independiente y empresas locales que rinden cuentas a nivel local, están siendo expulsadas por este modelo de negocio de supermercados que extiende sus poderosos tentáculos en todos los campos y principales calles de Gran Bretaña.
Así como esas fincas son cada vez más y más grandes, hay por supuesto menos gente en el campo, lo que significa que las comunidades rurales sufren. Como supuestamente las “granjas industriales” más eficientes reemplazan la buena cría de animales, por lo tanto las criaturas de Dios son abusadas. Y con cada nuevo supermercado que se abre, el resultado es un menor número de negocios independientes, y menos dinero permanece en la economía local. Y esto no es sólo en Reino Unido tampoco…
Anhelo un sistema alimenticio honesto y transformado, en el cual habrá un fin a la economía caracterizada por “achicar la medida, aumentar el precio y falsear las balanzas” (Amós 8:5), un sistema alimenticio donde “cada uno se sentará bajo su parra y su higuera, y nadie perturbará su solaz” (Miqueas 4:4). Sin embargo, el mantra del supermercado de “crece o sale fuera” ciertamente parece estar ganando la guerra en este momento, y nuestra misión aquí parece ser “imposible”.
Pero, ¿lo es?
La respuesta pienso, es un poco “sí” y “no”, y es completamente sobre cómo nosotros entendemos “misión”. Si, por un lado, creemos que nosotros tenemos que “salvar el planeta” o “transformar todo el sistema de alimentos” entonces es un “sí”, pues nos encontramos con una tarea imposible, y estamos muy propensos a caer en un pozo de desesperación si llevamos el peso de esto. Sin embargo, si entendemos misión como una respuesta principal a Dios, entonces los resultados pasan a ser secundarios a la obediencia y la fidelidad. Continuamos con esperanza la transformación, y a pesar de los desafíos insuperables! Nosotros lo hacemos en la confianza de que, “con Dios todas las cosas son posibles”. Siendo fieles a nuestro Creador (quien hizo todas las cosas, ama a esta tierra y nos llama a cuidarla) aunque tonto o insignificante se vea ante los “resultados imposibles”, pienso que significa que también nosotros somos mucho más capaces de continuar nuestro trabajo, y animar a otros a lo largo de él, a pesar de los desafíos.
Por lo tanto mantengo la esperanza de que más personas tomen el cuidado de la creación en serio, y por supuesto que empujo hacia adelante para trabajar por una economía alimenticia transformada, aquí en nuestra parcela.
¿Cómo va a vivir fielmente, y sin ser agobiado por lo que parece imposible?
Traducción: María Eugenia Barrientos / Liliana Berango
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