La mengua de vida
Esta es la contribución de Peter al artículo La creación gime, pero Dios oye: Muchas especies se enfrentan a la ‘mengua de vida’ de Cara Daneel, publicado en inglés el 2 de marzo de 2018 en Christianity Today.
Llevamos 35 años trabajando en A Rocha, y no hay ninguna duda de que la mayoría de los lugares que conocemos en todo el mundo han presenciado lo que se ha dado en llamar ‘mengua de vida’. Hemos observado personalmente la desaparición de las poblaciones kenianas de aves de presa y una espectacular reducción del número de paseriformes migrantes, que conozco bien después de años de anillamiento en Portugal. Conocemos de primera mano la catastrófica pérdida de insectos voladores en Europa, y la desaparición de especies de peces en los arrecifes de coral que ahora resultan tan perjudicados en todo el mundo. La manera en que cada cual viva experiencias como éstas dependerá, por supuesto, de la clase de persona que sea. Miranda y yo tenemos formación y experiencia en humanidades, y en ocasiones nuestra respuesta a estas múltiples pérdidas ha sido emocional y muy personal.
Por esa razón hemos tratado de encontrar maneras de persistir en el trabajo correcto contra una creciente marea de destrucción. Hemos comprendido que debemos encontrar esas maneras desde el corazón de nuestra relación con un Dios amante, y de esta forma nos ha resultado inmensamente reconfortante saber que el Señor se aflige por su creación, y oye cómo ésta gime, mucho más directamente y personalmente que nosotros. Hemos descubierto que hay recursos de lamento e incluso de indignación en muchas escrituras que expresan en palabras esos sentimientos. Sin embargo, establecen una trayectoria de esperanza final para la creación que no depende de nuestros esfuerzos, sino de la voluntad y compromiso de Dios con la redención y la salvación.
También pasé tres años como ministro pastoral en una iglesia cercana a Liverpool, en el Reino Unido. Gracias a esa experiencia descubrí que hay similitudes entre el carácter del trabajo pastoral y el del cristiano en conservación. Por ejemplo, en el trabajo pastoral en ocasiones te llaman simplemente para que te sientes al lado del lecho de un amigo agonizante. Posiblemente sientas que no puedes hacer nada para evitar que algunos hábitats especiales, complejos y raros se conviertan en estériles monocultivos en el peor de los casos, o en cultivos no sostenibles en el mejor. Esto ha ocurrido con miles de acres de los bosques Dakatcha, en Kenia, que han sido quemados y destruidos simplemente para plantar enormes campos de piña. Y en el sur de Portugal, los promotores han especulado con el precio del suelo para destruir hábitats raros por el mero beneficio financiero. Cuando ves que eso ocurre lo que crea fe es el lamento devoto, incluso mientras luchas por conseguir resultados distintos.
De manera que no hay duda de que la acción puede ser un alivio para las emociones; si exigimos éxito en nuestras empresas a partir de nuestros esfuerzos, sólo nos convertiremos en rehenes de acontecimientos sobre los que con frecuencia no tenemos ningún control, o muy escaso. En cambio, hemos descubierto que los pozos de resistencia se hacen más profundos a través de la fe en el carácter de Dios, y en la celebración de la belleza de lo que queda, y en la satisfacción por conocer la verdad que nos hace libres.
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