22 agosto 2013 | Miranda Harris | 0 comentarios

Los cinco compromisos básicos de A Rocha vividos por John Stott – 5: Cooperación

Tengo un nieto pequeño y resuelto. Es capaz de incluir un asombroso número de vocales en la palabra NO. Tanto en los niños de dos años como en los adultos, las fuertes diferencias de opinión pueden tener que pasar por varias etapas antes de que se alcance cierto grado de cooperación; por ejemplo, escucharse mutuamente con atención, comunicar claramente los puntos de vista, quizá el compromiso apropiado, y alcanzar la paz – que en su caso significa un acurrucado abrazo. En una ocasión su hermano, cuando tenía una edad parecida, adoptó un enfoque distinto del conflicto. Ante una severa aunque alegre provocación de su padre, comenzó a responder; luego evaluó con calma la situación y cambió de opinión. Volviéndose en la dirección contraria, se dijo a sí mismo en voz baja “Márchate, márchate lejos.” ¡Oh, la sabiduría de un niño de dos años!

John Stott y la reunión de A Rocha Líbano

John Stott y la reunión de A Rocha Líbano

John Stott estaba muy familiarizado con ambas maneras de abordar las diferencias de opinión importantes. Era humilde, sabio y lo bastante humano como para saber que la cooperación con personas de opiniones y creencias muy diferentes es esencial para que la iglesia avance hacia la unidad basada en la verdad inmutable de la historia bíblica y el señorío de Cristo sobre toda la creación, así como para ser el medio de Dios para transformar la sociedad. A menudo, para él suponía un largo y paciente proceso de estudio meticuloso, diálogo honesto y una conciliadora construcción de puentes hasta poder despejar el terreno suficiente para la verdadera cooperación. Algunas veces, como mi nieto, tuvo que retirarse.

La conferencia de Lausana de 1974 ofrece un excelente ejemplo del incansable y riguroso compromiso de John con los líderes cristianos de todo el mundo que expresan puntos de vista contundentes pero contradictorios sobre lo que significa proclamar el evangelio. Insistía en que la misión de Dios en el mundo supone mucho más que la proclamación verbal. Algunas personas pensaban que de aquella forma minaba la importancia de la evangelización, pero muchos de aquellos líderes, especialmente los del tercer mundo, dieron crédito al papel de John en el congreso salvando la integridad de la fe evangélica y dando testimonio en una época de creciente escepticismo sobre la relevancia de la iglesia. ‘John fue compasivo, paciente y profético para desarmar a los críticos y convencer a los escépticos’, dijo Peter Kusmic de Croacia, el director de veintiocho años de una escuela de teología en la Yugoslavia dominada por los comunistas, que conoció a John en la conferencia. Más tarde, después de trabajar con él en muchas ocasiones, Peter se convirtió en uno de los líderes del movimiento global de Lausana. La hábil diplomacia que John ejerció en Lausana no hubiera podido tener lugar si él se hubiera atrincherado en su posición, sino sólo cooperando en un proceso vigoroso y compartido con aquellos que profesaban convicciones igualmente profundas. Una vez más su mente brillante, empapada en el estudio de las Escrituras, se alió con su amabilidad inagotable y permitió que se establecieran conexiones y relaciones para desarrollar lo que evitó muchas divisiones potenciales en la iglesia. Fue en esta conferencia donde fue reconocido como el apóstol, o ‘ingeniero jefe’, de la unidad evangélica.

En 1984 Marshall, Morgan & Scott publicó Issues Facing Christians Today (Problemas a los que se enfrentan hoy los cristianos). John siempre insistió en que los cristianos tienen compromisos gemelos: con la Biblia como la palabra escrita de Dios, y con el mundo en el que se encuentra la humanidad en todas sus dimensiones: social, política y ambiental. En general nos resulta más fácil mantener estos mundos separados de nuestras ‘vidas espirituales’, pero John estaba decidido a ‘pensar cristianamente’ y enseñar a otros a hacer lo mismo. ‘Tenemos que vivir bajo la palabra en el mundo”, dijo. Este ambicioso tomo aborda temas tan amplios como la economía global, la justicia social, la sexualidad humana y la amenaza nuclear. Con su humildad característica reconoció su vacilación para entrar en campos en los que carecía de experiencia, y admitió sentirse tanto atrevido como ingenuo al intentar la enorme tarea de aplicar la revelación bíblica a los complejos problemas contemporáneos. Estuvo a punto de abandonar el proyecto por completo, sabiendo que no era especialista en ética social ni en teología moral. Pero una vez más, tras muchos años de reunirse con expertos en estos temas y escucharles, y guiado por las poderosas convicciones de que toda la vida necesita una transformación para transformar la propia sociedad, exhibió su cooperación creativa a gran escala para que este libro pudiera convertirse en el valioso recurso que es para que los cristianos podamos luchar con los complicados problemas de nuestro tiempo.

Este don y gracia de la cooperación ha quedado ilustrado una y otra vez en la vida de A Rocha. Uno de los eventos de mayor alcance hecho posible por el amplio respeto y la confianza de que gozaba John fue una conferencia que tuvo lugar en Beirut en 1997, en los inicios del notable trabajo de conservación de Chris y Susanna Naylor en el valle de la Bekaa. Fue la mayor concentración de líderes cristianos en el Líbano desde hacía más de 20 años. Estaban representadas historias y convicciones teológicas que diferían notablemente, pero debido a la extraordinaria capacidad de convocatoria de John todos estaban deseosos de reunirse sobre un tema nuevo para ellos: el cuidado de la creación como respuesta intrínseca al evangelio. Para todos ellos el razonamiento bíblico sería aún más persuasivo que los argumentos acerca de la crisis ambiental del país, y nadie podía mantener eso con más fuerza que John. Su temprano respaldo de A Rocha mediante ese evento allanó el camino hacia las buenas relaciones con los líderes cristianos sobre los que los Naylor pudieron seguir construyendo. Ellos y su equipo también ganaron la confianza y la cooperación de los hacendados locales y de la comunidad en general, desarrollando pacientemente un amplio grupo de asociados. De manera que el proyecto siguió adelante con un fuerte apoyo, permaneciendo constante a través de tiempos políticamente turbulentos y logrando una notable transformación de los humedales de Aammiq, el foco de sus esfuerzos de conservación, que el propio John visitó más tarde.

La cooperación no es lo mismo que la capitulación ni que el compromiso timorato. John Stott fue rara vez culpable, o nunca, de ninguno de los dos. (De hecho, tampoco lo son mis nietos). Pero al igual que con los otros cuatro valores básicos de A Rocha: cristianismo, conservación, multiculturalidad y comunidad, John definió y ejemplificó la cooperación de una forma tal que nos aporta tanto inspiración como desafío. Como movimiento global, también nosotros aspiramos a una actitud de diálogo respetuoso para establecer un terreno común y preservar la unidad entre cristianos y la cooperación con todos siempre que sea posible. El New York Times escribió acerca del enorme impacto de John sobre la iglesia, y la revista TIME le incluyó en su lista de las cien personas más influyentes del mundo. Pero creo que la persona que lo expresa mejor, porque trató con John durante más de cuarenta años como mentor y amigo, es Peter Kusmic, por lo que la última frase de mi último blog, en honor de este ilustre hombre de la iglesia y amigo de A Rocha, es para él. ‘John Stott es el sirviente-líder cristiano más íntegro, más semejante a Cristo y más globalmente influyente que jamás he conocido’.

A Rocha Internacional acogió la primera Conferencia John Stott en Londres, el 23 de octubre de 2013. Oradores: Rev. Dr. Chris Wright, Director de Ministerios Internacionales de Langham Partnership International, y David Nussbaum, Director General de WWF-UK, destacaron la contribución de John Stott a la combinación de la teología bíblica (la Palabra) con la relevancia contemporánea (el Mundo). Vea a Chris y David (en inglés).

Traducción: María Eugenia Barrientos / Marisa Raich

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Categorías: Historias
Sobre Miranda Harris

Peter y Miranda se mudaron a Portugal en 1983 para fundar y poner en funcionamiento el primer centro de estudios de campo de A Rocha. Con sus cuatro hijos, vivieron en el centro durante doce años hasta que en 1995 el trabajo fue transferido a un liderazgo nacional. Entonces se mudaron para fundar el primer centro de A Rocha en Francia cerca de Arles, y vivieron allí hasta 2010 proporcionando coordinación y aportando liderazgo al movimiento global en rápido crecimiento. Ahora han regresado al Reino Unido, desde donde trabajan para apoyar a la familia A Rocha en todo el mundo al tiempo que se mantienen cerca de la suya propia, especialmente de sus nietos. Su historia se relata en Under the Bright Wings (“Bajo las alas brillantes”, 1993) y Kingfisher’s Fire (“El fuego del martín pescador”, 2008).

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